Directamente del Palenque Soledad, ubicado en Santiago Miahuatlán, en Puebla, México, ha llegado a Chile, a principios de noviembre, Abuelo Fuego, un mezcal artesanal joven elaborado con agaves, o magueyes, silvestres.

Esto significa que la planta ha crecido libremente durante años en la sierra, nadie la ha sembrado ni cultivado, por lo que no tiene intervención del ser humano y ha seguido los ciclos de la naturaleza.

Personas expertas que se mueven ágilmente por los cerros y los inhóspitos lugares donde ha nacido son los encargados de identificarlos, ya que, como han ejercido este oficio por años y lo han aprendido de generación en generación, pueden determinar a simple vista el momento en que la planta ha alcanzado la madurez necesaria. Luego, otra parte del equipo verifica el estado del agave para no dañar el medioambiente. Es entonces, cuando se procede a su corte con machete y coa, objeto semicircular de metal afilado con un mango de madera.

Dentro de la filosofía de este mezcal está la replantación, por lo que por cada agave silvestre recolectado se replanta otro previo cultivo protegido.

Pitzometl, papalometl, espadilla y jabalí son las variedades que dan vida a este mezcal, que es cocinado en un horno cónico en la tierra y, luego, forrado con piedra volcánica de la zona y madera mezquite y pirul.

Su molienda es manual, con mazo de madera en una canoa de madera mezquite, y su fermentación es en tinajas de piedra laja de cantera. Posee doble fermentación en alambique de cobre.

Su maestro destilador es Tomás Macedas, de 85 años, quien a los 9 comenzó a aprender el oficio de su padre, siendo hoy tercera generación en el arte de la elaboración del mezcal. ☆ LO.

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