☆ Nota que es parte de una colaboración mensual para el newsletter del Mapa de Barmaids & Afines.
Mariana Tucuna es incombustible. Y no porque trabaje en los fogones como parrillera, sino porque su energía es potente y porque ella no para. Esta chef profesional, que dejó la vida contable por la gastronomía, es medalla de bronce en el Mundial de Asadores Ancestrales de 2022, en Bogotá, Colombia. También ha sido parte de la Asociación Uruguaya de Asadores.
Si bien, ya tiene su marca de vino en desarrollo, un blend de Tannat, llamada HUMO, está preparándose para ser sommelier. Lo hace más para cerrar un ciclo, para perfeccionarse, porque experiencia tiene, por algo desde hace tres años da clases de maridajes en una institución privada.
No es de extrañar que una mujer que sabe manejar el fuego pueda tener una perspectiva tan ardiente sobre el tema de género en su país. Acá su mirada.
-Desde tu posición en el rubro, ¿cómo evalúas el tema de género en Uruguay tanto desde el gremio como desde el consumidor?
Desde el rubro y habiendo estado en cargos como chef ejecutivo de un grupo gastronómico, creo que en Uruguay hay un falso feminismo. Si bien hay organizaciones que se encargan de promoverlo, sigue habiendo decisiones que si sos mujer son vistas de una forma, y si un hombre plantea lo mismo es aceptado sin tener que llevarlo a un debate para ver si es correcto. También a las mujeres del rubro les falta mucho por aprender de sororidad, de comunidad, de fortalecer. Creo que el género tiene cosas muy arraigadas como la envidia y la competencia entre mujeres y no se dan cuenta que no es por ahí, que necesitamos potenciarnos entre todas y aquellas que podemos brindar fuentes de trabajo, tener selecciones a cargo, darle la chance a otras mujeres.
-En relación a esto, ¿qué es lo más fuerte que te ha tocado vivir?
Por ser mujer me ha tocado presenciar chistes fuera de lugar, que se juzgara mi trabajo más que al de un hombre, tener a compañeros en el mismo cargo con otros beneficios, inclusive la diferencia salarial teniendo yo más responsabilidades que ellos.
-¿Cuál crees que es el gran cambio que faltaría accionar para poder comenzar a avanzar más en este tema?
Creo que las nuevas generaciones ya vienen con un chip totalmente distinto a las cocinas que me ha tocado trabajar a mí. La brecha entre la nueva y vieja escuela cada vez se nota más, en muchas cosas de forma positiva y en otras hay que trabajar un poco el equilibrio. Realmente el tema de género es importante, pero tampoco hay herramientas educativas para tratarlo, es un tema sociocultural que nos debería de importar a todas y promoverlo. Pero también me cruce en varias situaciones con mujeres que promovían ciertos temas de género y eran más machistas que los hombres, entonces, pienso que el cambio más importante es en la propia percepción de las mujeres. Creo más en la equidad y sororidad, que pedir igualdad, para mi hay términos y definiciones de palabras en las que se debería trabajar para entender las diferencias y que se reclama.
-En términos generales, ¿cuáles consideras que son, actualmente, los tres principales problemas o desafíos en el mundo del fuego y parrillas, además de la industria de los alimentos y bebidas, ahora que estás en camino a ser sommelier?
El principal problema en el mundo de la parrilla es que me topé con gente que aprovechó el hecho de que fuera mujer para sacar un provecho de publicidad y cuando las mujeres destacaron más, nos quisieron callar, otras jugaron distinto y dejaron que se las censuran o hacían lo que ciertas personas decían. A veces cuando sos la que expone todas las desigualdades sos la que más críticas te comes, o pretenden que te calles, te buscan cerrar las puertas hasta con mentiras, pero como el rubro es chico todo se sabe.
También me ha pasado de hombres que ven que estoy con los fuegos y buscan hablar con los hombres de mi equipo de trabajo, ignorando que soy yo la que dirige el fuego. Creo que la mejor forma de cambiar esas cosas es seguir haciendo ruido, el trabajo y el profesionalismo habla por sí solo, sin muchos chirimbolos.