☆ Nota que es parte de una colaboración mensual para el newsletter del Mapa de Barmaids & Afines.
De entrada Mercedes “Mecha” Román echa por tierra uno de los que podría ser parte de los principales mandamientos gastronómicos de todo argentino al afirmar que no le gusta el dulce de leche. Es muy dulce para esta emprendedora que pasó sus primeros años en Florida, Estados Unidos, donde formó su paladar en torno a los alimentos, como ella misma define, con sabor a sol, como el coco, mango, papaya, maracuyá y vainilla. El carro de helados pasaba por la puerta de su casa, tocando una campana que para ella era, según confiesa, el sonido de la ilusión. Era principio de los ‘90.
Luego se traslada a Buenos Aires, Argentina. Al tiempo estudia Ciencias de la Comunicación, Diseño Gráfico y se especializa en Branding, por lo que trabaja como diseñadora, construcción de identidades, ceremonial y protocolo gastronómico, además de diseñar servicios y experiencias. También estudia Food Design, Gastronomía y obtiene una beca en Arte Culinario, que, de acuerdo a lo que afirma, le mostró lo más lindo de la cocina: “entenderla desde las leyes de la física y la química”.
Eso, hasta que a principios de 2022 pasa lo inevitable: abre Obrador Florida, su primera tienda de postres, helados y golosinas. La pasión se convierte cotidiana y el sueño en realidad. El nombre revela mucho de ella, pues Obrador hace alusión al taller, lo experimental y la búsqueda constante, mientras que lo segundo a la flor de la vainilla y a ese lugar donde Mecha creció. Frutos, flores, hojas, raíces y semillas son usados en su totalidad, sin generar desperdicio, pero sí sabores interesantes como el de higuera, uno de los más pedidos, que se elabora con las hojas del árbol. “Es una marca sumamente honesta, personal y ética. Trabajamos con materia prima orgánica y bajo lo que la temporada y los productores nos dictan. Nuestra cocina es 100% de women-based”, revela. Y claro, no podría ser de otra forma.
– Desde tu posición en el rubro, ¿cómo evaluás el tema de género en Argentina tanto desde el gremio como desde el consumidor?
El gremio heladero se tornó dentro de la gastronomía, en su gran porcentaje, es un área manejada por hombres, desde las grandes ferias hasta los equipos internacionales de competición; desde el desarrollo moderno de la maquinaria hasta las grandes cadenas industriales. La ausencia de mujeres en las ligas mayores es notoria. Aún así fue justamente una mujer, Nancy Johnson, quien diseñó, desarrolló y patentó la primera máquina para hacer helados de accionamiento manual a mediados de 1800. Catalina de Médici, siglos atrás, no solo dejó su país para aventurarse y casarse con Enrique II de Francia, sino que llevó consigo las primeras recetas de helados a la cocina de la corte, favoreciendo su expansión en todo el territorio europeo. La pregunta más adecuada a abrir sería en verdad ¿en qué momento quedó relegada la mujer del ámbito superior heladero? Probablemente la respuesta esté ligada al desarrollo industrial, el cual siempre estuvo vinculado principalmente al universo masculino. Creo que poco a poco esto va cambiando pero que falta muchísimo camino por recorrer para hacer de este cambio algo real, genuino y sostenido.
– En relación a esto, ¿qué es lo más fuerte que te ha tocado vivir?
En mi caso, además de cocinera soy emprendedora, por lo cual el cruce de rubros de idiosincrasia patriarcal con el que me he encontrado a lo largo de la construcción de Obrador Florida me ha enfrentado a situaciones insólitas en diversos ámbitos, incluso, fuera de la cocina. Estar al mando de un proyecto autónomo e independiente no es solo desarrollar la propuesta y las recetas que se venderán, sino tener en claro el relato que se quiere contar, el por qué, el para qué y el cómo. Es mantener la ética profesional a la vez que se sostiene un negocio que implica un espacio físico y colaboradores a cargo que cohesionar y a quiénes brindar oportunidades. Se trata de aprender constantemente sobre finanzas, costos, manejo de recursos humanos, cómo liderar, sostener, relacionarse tanto con colegas como con proveedores, empezar estudiando y seguir estudiando siempre. Dentro de todo ese contexto, no quisiera detenerme demasiado en los detalles, pero he recibido hasta papeles en forma de pequeñas municiones por profesores italianos que quisieron silenciar mis preguntas orientadas a una producción honesta que atentaba contra una que no lo era del todo; o proveedores, a los que tuve que enfrentarme parada cuerpo a cuerpo en la puerta de mi cocina para que descarguen mercadería; técnicos que me explican, gastando horas valiosas de mi tiempo, cómo funciona un freezer, cuando manejo a diario maquinaria más compleja y la refrigeración es casi el preludio de cualquiera que trabaje con fríos. Creo que es fuerte la forma en que se asume que, por ser mujer, se ignora algo que nos debe ser explicado, pero que si lo cuestionamos es mejor mantenernos en silencio. Esa es, al menos, mi experiencia.
– ¿Cuál creés que es el gran cambio que faltaría accionar para poder comenzar a avanzar más en este tema?
Creo que dentro de la gastronomía es clara la intención y las acciones para avanzar en temas de género. Cada vez más mujeres somos visibilizadas al frente de nuestras cocinas, oficinas, tierras y emprendimientos. Debo destacar en ello a Arte Heladero, revista especializada en heladería número uno de Europa, quien me ha elegido como portada de su número #214, siendo así la primera mujer en ser visibilizada en cuarenta años de la publicación. Creo que la primera medida es la exposición de las problemáticas y logros, tal cual hace el Mapa de Barmaids a través de sus plataformas y encuentros. Compartir experiencias, generar red y apoyo, creo que es la base más sólida que encontramos y estamos construyendo. Observo muchas nuevas oportunidades a través de la forma de tejer lazos. Pero la visibilidad es indispensable. He visto hombres tomar mis palabras, ganar concursos con mis recetas y dar ponencias de temáticas que yo les había compartido y planteado como ideas que estaba desarrollando. No es la denuncia de un robo, sino el relato de un reconocimiento o trabajo que fue compartido que se silenció y se tomó en palabras propias. La vi-si-bi-li-dad. Y honesta. No me canso de decirlo.
– En términos generales, ¿cuáles considerás que son, actualmente, los tres principales problemas de la industria de los alimentos y bebidas?
No puedo ni soy quién para determinar los principales problemas de la industria porque tengo en claro que ignoro muchas cuestiones. Pero puedo decir que tres aspectos que observo me preocupan de sobremanera: en primer lugar, el económico y de distribución. Creo que la exclusión al acceso de alimentos nutricionalmente valiosos y la imposibilidad económica en aumento a la que se enfrenta el consumidor es gravísima. En segundo, la desinformación gustativa que posee (o poseemos, el que esté libre de pecados ya sabemos) el consumidor. Vamos a las bases, dos de los sabores más populares del mundo como lo son la vainilla y el cacao son conocidos primero por lo que la industria imitó de ellos ¿Cuántas personas conocen el origen de estos sabores? ¿Quiénes conocieron la profundidad de una vaina de vainilla fresca o de un fruto de cacao recién cosechado? ¿Cuál es la forma de reconocer la realidad de la ficción? Y en tercer lugar, otra cosa que me genera preocupación y llama la atención, es el esfuerzo que hace la industria por acercarse a los consumidores de formas que yo considero absurdas: ¿carne para vegetarianos? ¿embutidos vegetales? ¿Por qué conservar formas y sabores de una ideología rechazada (en el mejor de los casos, cuando no se trate de restricciones alimentarias) para entablar un nuevo diálogo? No lo comprendo ni comulgo.
– ¿Cuáles son los tres aspectos en que más se ha avanzado en los últimos cinco años?
Observo un gran crecimiento de mujeres al mando y la forma que tenemos hoy de conectarnos y relacionarnos entre nosotras. Nos dimos cuenta que la red es lo más poderoso para mover las estructuras, resignificar y construir. En todos los rubros, no solo el gastronómico. Observo más mujeres al frente de emprendimientos y negocios, tierras y ámbitos vinculados usualmente a actividades donde no se nos visibilizaba o, peor aún, ni siquiera estábamos habilitadas a participar. Observo una proliferación de medios y canales de comunicación que sostienen y son usina de múltiples oportunidades, deconstrucciones y reformulaciones.
– ¿Cómo sentís que podés contribuir vos?
Con mis recursos y desde mi posición actual en este momento creo que desde la visiblidad. Siempre destaco que en nuestra cocina somos 100% mujeres. Si bien sucedió de forma orgánica y no ideológica, en absoluto, creo que es casi una escena ejemplar que relata una posibilidad dentro de un universo histórico y fuertemente masculino. Yo misma como emprendedora y chef directora detrás de Obrador; nuestra jefa de sala y de cocina, somos mujeres. Me apoyo en profesionales técnicas de alimentos que me enseñan y asesoran cuando incorporo productos o desarrollos. Además, tengo vínculos emocionales y comerciales con diferentes productoras de leches, quesos, hierbas, frutas y otros rubros fuertemente construidos alrededor de significantes excluyentes hacia las mujeres. Y desde lo más privado, sostengo un grupo de amigas del rubro que me escuchan y las escucho, nos aconsejamos, nos reímos y lamentamos entre comidas ricas y bebidas, siempre. ☆ LO
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IMG + TXT ©️ / Entrevista realizada en marzo 2024 para newsletter Mapa de Barmaids.